Aplausos, un desvió de la verdadera adoración
Presentado por: Javier Vargas
Notas del autor:
Con el pasar de los tiempos muchas iglesias de Cristo se han
ido apartando de la adoración verdadera
reveladas en la Santa palabra de Dios, ya que el sistema del mundo ha
estado influyendo en el deber de la
iglesia, el compromiso fundamental a la autoridad bíblica esta menguando día a
día; todos los días la gente supone
cosas, y luego cree y actúa en base a sus propias suposiciones, no por la verdad de Dios, sino por su propio
razonamiento.
Los que suponen no saben pensar, aunque tienen mucha
imaginación, no saben discernir la mentira de la verdad, es dañino no sólo para
el que supone, sino también para el creyente. Lamentablemente, muchos líderes
religiosos incluyendo algunos hermanos en la fe, hacen en sus congregaciones
cosas que la Biblia no dice, saliéndose
de lo que está escrito, no hablan según
la revelación de Dios, sino la “revelación” de su propia imaginación.
Pero donde
nace estos cambios; dado que los cambios en la adoración no están arraigados en
las Sagradas Escrituras, ni aprobados en ellas, ¿De dónde, pues, salen tales
innovaciones? obviamente, si estas cosas no tienen origen en el Cielo, la
conclusión es que nacen en el corazón perverso de los hombres. El corazón
humano, no restringido, ni alumbrado por orientación divina, persigue,
inevitablemente, conductas y prácticas que sacian solo sus deseos egoístas y
carnales.
Aplaudir
El aplaudir es uno de
los cambios que se han introducido en la de adoración de muchas denominaciones
y de las iglesias de Cristo.
Hay dos formas, en
las cuales se lleva a cabo esta práctica:
1-.Aplausos, como acompañamiento rítmico al cantar.
Esta no es aceptable porque
batir las palmas de las manos o cualquier otro miembro del cuerpo es semejante
a usar cualquier aparato mecánico que podía utilizarse para suplementar la
música vocal, o la verbal. Batir las palmas de las manos,
lógicamente es el equivalente a tocar un instrumento de música, careciendo de
autoridad divina en el Nuevo Testamento; Dios autoriza y encomienda a todo
adorador a cantar palabras revestidas de significado y a hacer música con el
corazón humano .
Efesios 5:19,20 hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y
alabando al Señor en vuestros corazones; 20
dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.
Colosenses 3:16 La
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos
unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al
Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Tales prohibiciones no son inventos de los predicadores
fieles a la autoridad divina, sino que la biblia no aprueba otras formas de adoración,
por lo tanto, aplaudir pertenece a la
categoría de música “No vocal” mediante instrumentos de música, en consecuencia
no es una acción bíblicamente aprobada.
2.- Los aplausos es una manera
de decir amén.
Este es un argumento que se usa hoy en día para introducir
los aplausos en la adoración, pero esta carente de toda verdad. Aquellos que están a favor de aplaudir dicen: “¿Qué hay de malo en
ello? ¡A mí me gusta! Solo se trata de una forma moderna, de decir “Amén”.
Si analizamos nuestra cultura los “aplausos “tienen otro
significado, la función principal de aplaudir es indicar aprobación
personal, alabar, elogiar o manifestar aprobación.
Aplaudimos a los jugadores en los juegos de football,
baseball y baloncesto. En los
conciertos, aplaudimos a los músicos. Aplaudimos a actores y actrices por sus
ejecuciones teatrales. En tales
ocasiones aplaudimos porque nos agrada
lo que vemos o escuchamos. Gozamos y aprobamos personalmente lo que
presenciamos. Aplaudir es un medio para
validar y afirmar abiertamente nuestra opinión de una interpretación, cual sea.
Al aplaudir a aquellos que desempeñan tales funciones,
expresamos nuestra apreciación por su destreza, competencia y talento. Estamos
diciendo: “¡FELICITACIONES! ¡USTED SE HA DESTACADO! ¡LO HA HECHO MUY BIEN.
RECONOZCO SU TALENTO!”.
En ocasiones, irrumpimos en aplausos espontáneos porque nos
sentimos excitados personalmente, conmovidos o emocionados por alguna
presentación. En tal caso, aplaudir es
una forma de desahogo, un medio de éxtasis, una acción para lograr desencadenar
emociones y una manera de expresar alegría.
También se puede
aplaudir para manifestar
cortesía. Por ejemplo, académicos aplauden una vez concluida la lectura de un
documento, no necesariamente para mostrar o implicar solidaridad o aprobación ,sino
más bien como un gesto de rigor o de cortesía. Obviamente, estos aplausos
constituyen una demostración de ética, y no que estén de acuerdo en todo.
Ahora conociendo el uso de los aplausos en nuestra cultura
¿Que tiene que ver el aplaudir con la adoración bíblica? ¿Qué tiene que ver
aplaudir con decir “amen”?.Tenemos que analizar lo que Dios aprueba o no aprueba en la
adoración; y los aplausos cuando nos congregamos como iglesia de Cristo, no
están sustentados en la sana doctrina.
Cuál es el uso del
“amen” en las escritura
El decir “amén” tenía dos usos en el Antiguo Testamento.
Primero: se uso cuando un individuo aceptaba una afirmación
que equivaldría a un juramento
Ejemplo
Números 5:22 y estas
aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y
caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén.
Para afirmar las
condiciones conforme a una serie de maldiciones que serían impuestas sobre
aquellos que desobedecían.
Deuteronomio 27:15
Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a
Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo
responderá y dirá: Amén….
Segundo: “amén” como uso de
fidelidad
Nehemías
8:6 Bendijo entonces Esdras a
Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus
manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra
Vemos claramente que decir “amén” en el Antiguo Testamento no se usa como sinónimo de aplaudir, y aunque existiera
algún argumento, hay tener presente que la autoridad para aplaudir en la
adoración de hoy en día no se puede validar citando el Antiguo Testamento, como
tampoco la autoridad para otras prácticas tales como bailar (danzar), tocar
instrumentos de música ,diezmar y quemar incienso. Sin embargo, los que están
buscando desesperadamente justificación para sus innovaciones utilizan el mismo
argumento para aplaudir que hacen también a favor de música instrumental.
En el Antiguo Testamento, batir las palmas de las manos ocurrió,
como una expresión cultural de alegría, y no religiosa. Por ejemplo, hubo
aplausos en la ocasión de una coronación
2 Reyes 11:12 Sacando
luego Joiada al hijo del rey, le puso la corona y el testimonio, y le hicieron
rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey!
También por una victoria militar lograda por Dios para la
nación
Salmos 47:1 [Al músico
principal. Salmo de los hijos de Coré.] Pueblos todos, batid las manos;
Aclamad a Dios con voz de júbilo.
Pero no hay ejemplo para
apoyar los aplausos en la
adoración cristiana. Figurativamente, aun ríos y árboles baten sus manos.
Salmos 98:8 Los ríos batan
las manos, Los montes todos hagan regocijo
Isaías 55:12 Porque con
alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados
levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas
de aplauso.
Los que están de acuerdo en
aplaudir cuando nos congregamos para la adoración, ¿Deben estar de
acuerdo con los gritos, abucheos, y silbidos?
Tercero:
“Amén” se encuentra ciento veintiséis veces en el Nuevo Testamento. Se utilizan
tres términos griegos para representar el mismo concepto. Las tres se traducen
“así sea, verdaderamente y amén”.
A menudo Jesús usó el término de esta manera como antesala a
sus afirmaciones, diciendo: “De cierto,
de cierto…” (Juan 3:3, Juan 5:19
Juan 10:7…).
Juan 3:3 Respondió Jesús
y le dijo: De cierto (amén), de cierto (amén) te digo, que el que
no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Haciéndolo, afirmaba,
efectivamente, que sus enseñanzas eran confiables y verdaderas, válidas y
ciertas, resumiendo la evidencia del Nuevo Testamento, “amén” fue un medio
vocal en el cual un individuo afirmaba la certeza, veracidad y confiabilidad de
la Palabra de Dios. Decir “amén” confirma aquellas verdades, con la intención de
someterse a sí mismo a la verdad de Dios.
Comparaciones de “aplaudir” con
decir “amén”
En nuestra cultura las funciones de aplaudir no
coinciden con las bíblicas al decir el
“Amén”. En nuestra cultura, aplaudir conlleva más a una emoción personal, y
contradice el decir “Amén” de las sagradas
escrituras. Generalmente,
aplaudir en nuestra sociedad es una reacción a
una representación entretenida, nuestro aplauso está más enfocado al
ejecutante [actor, representante,
cómico, jugador, etcétera], de esta forma estamos manifestando aprobación y reconocimiento del
talento del que ejecuta [un rol, un
juego], mientras también expresamos nuestra propia excitación y placer.
En cambio el uso de “Amén” en la Biblia enfoca
el mensaje, y no a la persona que presenta el mensaje. El adorador hace
uso del “Amén” para afirmar públicamente la veracidad de la Palabra hablada. El
propósito del “Amén” no es, de modo alguno, exaltar al predicador, elevándole
así a la posición de un actor. De hecho, no deberíamos alabar el
talento vanidoso del predicador, llamar atención a su habilidad ni elogiar su
“desempeño” experto. Dios quiere que centremos nuestra atención en el
significado del mensaje. Él quiere que nos concentremos en el hecho de que se
está declarando la Palabra de Dios, que es única en lo referente a su veracidad, certeza
y rectitud.
Amen tampoco quiere decir que usted está de acuerdo con el
mensaje que se está entregando “Estoy de acuerdo con eso”, o “A mí me gusta eso”.
No es la idea que se presenta en la biblia; que importa si esté yo de acuerdo, o no, con la Palabra de
Dios, si palabra de Dios es verdadera, todo
verdadero cristiano debe afirmarla como
tal, este o no de acuerdo ¡Y PUNTO!
Por lo tanto aplaudir no es paralelo a decir “Amén” en la
Biblia, no es una alternativa justificable para el “Amén”, ni un reemplazo para
el “Amén”.
¿Por qué aplaudir cuando se efectúa un bautismo u otra función en la
iglesia?
Sin duda, deberíamos preguntar: ¿con qué razón desearíamos
aplaudir cuando se efectúa algún evento como el bautismo, cánticos espirituales
y predicación de la palabra?
Cuando lo hacemos,
estamos implicando que el que está cumpliendo con esta obediencia merezca aplausos. Acaso merecen aplausos las
personas por obedecer a Cristo, por
hacer lo que toda persona responsable sobre el planeta está obligada a
hacer, que es adorarle en espíritu y verdad. Muy distinto a la evaluación que
hace el propio Jesús a nuestra obediencia:
Lucas 17:10 Así también
vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos
inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
Aplaudir en la ejecución de cualquier servicio en la iglesia, implica que tenemos la
libertad de expresarnos como sea, sin tomar en cuenta si a Dios le agrade, o no. Si una persona en particular
puede sin el permiso de Dios, aplaudir a
la persona que se bautiza o dirige el servicio de adoración, entonces, otra
puede sentirse en la perfecta libertad de brincar de su asiento, poniéndose de
pie de un salto levantando su puño al
aire, exclamar: “¡Sí! ¡Muy bien
hecho! ¡Así se hace!” Todavía otra pudiera salir al pasillo y bailar
una samba. La congregación entera podía optar por hacer una “ola santa”, a la manera de las olas de
los espectadores de los juegos de
baseball o football, empezando por la parte delantera del auditorio y extendiéndose a través de la
asamblea hasta el otro lado extremo.
¿Enseña la palabra de Dios, que podemos expresarnos como sea en la adoración sin ningún inconveniente? Negativo
Levítico 10:1,2 Nadab y
Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos
fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego
extraño, que él nunca les mandó.2 Y
salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.
Salmos 50:22,23 Entended
ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya
quien os libre. 23 El que sacrifica
alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de
Dios.
¡OH! Con cuanta solemnidad hay que adorar a Dios, hermanos
por esta razón les invito que “Cuando
fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para
ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.” (Eclesiastés 5:1)
Hay consecuencia cuando se piensa o se actúa desordenadamente, en la adoración a Dios, cuando
surgen inclinaciones y sentimientos humanos sin considerar bien por la
Palabra lo que es agradable o no en su
presencia.
Al aplaudir hay
considerar lo siguiente: Si aplaudimos al que es bautizado, entonces,
lógicamente, deberíamos aplaudir también al dirigente de los cánticos
espirituales; l fin y al cabo, también él está obedeciendo a Cristo por medio de
este servicio importante de dirigente de alabanzas. Pero, si vamos a aplaudir al
dirigente de los cánticos espirituales, entonces, lo indicado sería aplaudir
también al hermano que preside el servicio de adoración, al igual que a los
varones que sirven a la mesa del Señor y también al predicador, ya hemos creado un desorden en la adoración equivalente a una sociedad de
admiración mutua, mediante la que estaríamos aplaudiéndonos los unos a los
otros.
Seriamos semejantes a
las iglesias evangélicas con sus manifestaciones mundanas y egoístas, donde Dios no
es tomado en cuenta como el verdadero foco de adoración. El aplaudir es una emoción
humana como admiración al que ejecuta una acción. ¡Hasta donde hemos sido
influenciados por el mundo! Se trata de una práctica mundana por falta de espiritualidad.
Qué hacemos con nuestro Dios entonces ¿tenemos la libertad de
hacer en la adoración cualquier cosa que nos dé la gana?
Desde Génesis
hasta Apocalipsis, Dios ha insistido
en que todas nuestras acciones hayan de ser autorizadas, aprobadas y
sancionadas por Él. Aplaudir durante la adoración, bautismos o comentarios del
predicador no es nada más que nuestra expresión cultural corriente de emoción.
Aplaudir es nuestra manera de decir: “¡Estoy
muy emocionado, excitado, por eso!”
Las Iglesias de Cristo se destacan en adorar en espíritu y verdad, aún en medio del maremoto evangélico carismático
que ha inundado al cristianismo, al insistir que la cabeza que es Cristo (guiándonos por
las Sagradas Escrituras) debe controlar nuestros corazones.
En nuestra adoración a Dios, no nos ocupamos en la exhibición descabellada de sentimientos
y pensamientos humanos, al contrario, debemos someternos al control del
Espíritu, pues Él nos dice, específica y precisamente, cómo conducirnos.
Efesios 6:17 Y tomad el
yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios
Debemos sentirnos avergonzados por esta práctica mundana y
ni siquiera intentar defender tales acciones como si fueran originadas o
aprobadas por Dios. Si tenemos la libertad al aplaudir en la adoración cuando
nos sentimos excitados, entonces, tenemos la libertad de vociferar, gritar o
chillar a todo pulmón; tenemos la libertad de dar volteretas por el pasillo;
libertad para treparnos a las sillas y dar pisoteadas con los pies; y tenemos
libertad para ponernos de pie de salto y batir manos con otros, a la manera de
atletas [mano abierta contra mano abierta].Y es más, podemos tirar tomates si no nos gusta lo que hacen los
que dirigen las alabanzas o los predicadores.
Claro fue el señor al decir:
Mateo 15:8 Este pueblo de
labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
-Y cuál es la razón por la cual el corazón de los hombres se
aleja de Dios:
Juan 12:43 Porque amaban
más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Conclusión
Espero que este escrito brinde la oportunidad para que los
hermanos no caigan en semejante acto de
desobediencia y vuelvan a la
adoración bíblica, para agradar aquel que
entrego a su único hijo para todo aquel que en el crea no se pierda mas tenga
vida eterna .Tengamos cuidado, a
Dios si le importa lo que pensamos: Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad .
El mundo religioso
está lleno de supuestos, donde cada cual habla donde la Biblia no habla y sigue
lo que mejor le convienen. Sin embargo, hemos sido instruidos a tener un
“escrito está” para todo lo que pensemos, hablemos y hagamos, así como lo hacía
Cristo, quien es nuestro ejemplo. Amén.
Editado y adaptado del estudio de David Miller
Editado y adaptado del estudio de David Miller
La Iglesia de Cristo
En Barrio Bolívar,
transversal “C” casa #17(Maturín-Venezuela)
Le invitamos:
Horario de reuniones:
Domingos 4:00 pm .Adoración
Jueves 06:30 pm. Clases bíblicas
Programa Radial:”FRENTE A LA BIBLIA “
Todos los jueves a las 8:00 am por la
emisora comunitaria 105.5 FM “VIA
DE ESCAPE
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