Presentado:
Jesús Briseño Sánchez
¿Parar de sufrir?
INTRODUCCION
Y no
participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las
cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas;
porque la luz es lo que manifiesta todo. (Efesios
5.11-13).Los años setenta del siglo 20, vieron en Brasil el nacimiento de
una de las más perniciosas sectas de la historia, la autollamada Iglesia
Universal del Reino de Dios.
Con millones
de seguidores y presencia en más de 46 países, se ha convertido a su vez en el
grupo religioso de más rápido crecimiento a nivel mundial; este fenómeno es
debido sobre todo a su voracidad económica, que le permite a la organización
recaudar casi mil millones de dólares al año. Puede
entenderse entonces, la impunidad con la que operan en tantos países, comprando
y/o burlando con suma facilidad a las más altas autoridades.
El presente
estudio, se compone de un análisis bíblico de sus doctrinas y enseñanzas, de su
origen, historia y organización, examinando para ello el material que la misma
secta posee en su sitio oficial de internet. De la misma forma, no podemos
dejar de referirnos al negro historial delictivo de sus líderes, surgido esto
no de rumores o leyendas, sino de actuaciones oficiales de autoridades de
diferentes países americanos, así como en investigaciones periodísticas de
serios y conocidos medios de comunicación, también de varias naciones. Nuestro
único propósito, es que la Palabra de Dios abra los ojos a todas aquellas personas
que han caído en la manipulación psicológica y financiera de estos delincuentes,
y prevenir a quienes han tenido o buscado un acercamiento con dicha iglesia.
EL ORIGEN
La Iglesia
Universal, ¿es la iglesia que Jesucristo fundó? “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré
mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16.18)
Si en todo
análisis atendemos a lo que Nuestro Señor Jesús nos dice, la pregunta precisa
que debemos hacernos es: la Iglesia Universal del Reino de Dios ¿es la iglesia
que Jesucristo fundó?No se trata de preguntarnos si es un buen grupo religioso
o no, o si habla de Cristo o no. Jesús nos habla en su palabra de una iglesia
que habría de establecer; las páginas del Nuevo Testamento están llenas de
datos, referencias y descripciones acerca de su iglesia.
Pero en las
páginas de la Biblia encontramos a la iglesia de Cristo identificada como “la
iglesia de Dios”, “la grey del Señor”, “el reino de Dios”, “las iglesias de Cristo”,
etc. Y no, no encontramos a una organización religiosa llamada “Iglesia Universal
del Reino de Dios”. Ahora, si el vocablo griego “eklessia”, transliterado como
“iglesia” en la Biblia, significa asamblea, y si esta es llamada por Dios
asimismo “mi reino”, ¿Cómo puede haber una “iglesia del reino”? ¿Podría también
llamarse: “iglesia de la iglesia”?
Por eso es
preferible quedarse con la mente de Dios revelada en su palabra, y referirnos a
su iglesia tal y como El se refiere, evitando términos y apodos, nombres
pomposos surgidos del pensamiento humano y que solo nos llevan al ridículo.
Las iglesias
de Cristo no tienen nombre propio dado por Dios, sino que la expresión refleja
la relación, dependencia, propiedad y comunión con Jesucristo, y no un
apelativo que deba usarse para ponerle nombre a la iglesia. Lo sorprendente del
caso, es que ellos, los mismos miembros de la Iglesia Universal, reconocen que
no son la iglesia que Jesucristo fundo. Y hacen esto en su sección principal de
la página, llamada “Historia y Fundamentos”. Donde se espera que se refieran a
los textos bíblicos que enseñan sobre el establecimiento por Dios de su iglesia
en Jerusalén, ellos ponen lo siguiente:
“Hablar
de la Iglesia Universal del Reino de Dios es lo mismo que describir un milagro.
La pequeña semilla nacida en el corazón del joven Edir Macedo, en abrir una
puerta que enseñase al pueblo a tener fe en un "Dios Vivo", sólo
brotó cuando él resolvió dar el primer paso: sin condiciones para alquilar un
inmueble, pasó a realizar reuniones en la calle, más exactamente en un tablado
en el Jardín de Méier.”
En este solo
párrafo, se encuentran infinidad de expresiones que no solo ignoran la voluntad
de Dios sino que van directo contra su palabra.
Ahora
resulta que el surgimiento de la iglesia fue debido a una “pequeña semilla nacida
en el corazón de Edir Macedo”, y además se afirma que esta “solo broto cuando
él se resolvió a dar el primer paso”.
Sin embargo,
las Santas Escrituras nos revelan que el plan de salvación que inauguraría el
nuevo pacto y con ello haría surgir a la iglesia de Dios, se diseñó no solo en
la mente de Dios, sino desde antes de la fundación del mundo.
Así dice el
Señor:
“Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación
del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” (Efesios 1.3-6)
Antes de que
hombre alguno viniera a existir, Dios, en su infinita y omnisciente sabiduría,
en pleno uso de su soberana potestad, tuvo la iniciativa de predestinar un
pueblo, una nación santa, rebaño que se acogería en sus poderosos brazos, y representaría
aquel reino inconmovible del cual hablaron todos los profetas, aquel reino que
no tendría fin, que resistiría la potestad de la muerte, y cuya existencia se
prolongaría por la eternidad en los mismos cielos de donde surgió el plan
divino de salvación.
Y todo esto según
el puro afecto de su voluntad y en manifestación de su amor y gracia infinitos.
No señores, la iglesia verdadera no surgió del corazón de ningún hombre, no fue
fundada por un hombre y no necesitó, pero para nada, de la iniciativa de hombre
alguno. Además, ¿cómo es que Edir Macedo abrió “una puerta que enseñase al pueblo
a tener fe en un "Dios Vivo"”? ¿Edir Macedo es acaso Jesucristo? Pues
de sí mismo habla Jesús cuando dice:
“Yo soy la puerta; el que por mí
entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (Juan 10.9)
Si Jesús ha
declarado que es la puerta por la cual el hombre puede entrar a la salvación y
a la comunión con Dios, ¿que puerta entonces abrió Edir Macedo en Brasil? ¿Qué
otra puerta necesitaba ser abierta por el hombre pagano?
Si queremos
conocer a Dios, lo podemos hacer acercándonos a Cristo Jesús, si queremos ser
salvos, lo podemos hacer a través de su sacrificio, que nos abrió la entrada al
mismísimo lugar santísimo en el cielo. ¿Qué puerta puede abrir un hombre como Edir
Macedo, para que podamos creer en el Dios Vivo?
Definitivamente,
la mente de Dios diseñó la iglesia, Cristo vino a redimirla con su sangre, el
Espíritu Santo la invistió con su poder en su nacimiento, y fue establecida por
los apóstoles del Señor en Jerusalén, y no por Edir Macedo “en un tablado en el
Jardín de Méier”.
Estimado
lector, abra por favor los ojos ante la verdad de Dios, pues esta le hará libre
de todo, del pecado y su paga, de la condenación y el castigo eterno, y también
de líderes corruptos y mentirosos, que toman la fe como fuente de ganancia,
condenándose y condenando a aquellos que ciegamente los siguen.
Veamos en la
misma sección el siguiente párrafo:
“Con
determinación y osadía, y auxiliado por un pequeño grupo de personas llenas de fe
y de mucho amor por las almas, hizo nacer oficialmente esta Iglesia el 9 de
julio de 1977.”
¿Se da usted
cuenta?, Edir Macedo hizo nacer este grupo religioso en 1977. La Iglesia
Universal no existía antes de 1977, no fue fundada por Jesucristo, no fue establecida
en Jerusalén en el siglo primero, luego entonces, nos damos cuenta de porque
las páginas del Nuevo Testamento no hablan de dicha iglesia.
Vemos
también la total ausencia de Dios en el establecimiento de esta secta moderna;
no se menciona a Dios, no se menciona la Biblia. Edir Macedo la “hizo nacer”,
no con el poder de Dios, sino “auxiliado por un grupo de personas”, no con el
derramamiento del Espíritu Santo, sino “con determinación y osadía”.
Demasiada
osadía humana, que ignora la palabra de Dios, usurpando su potestad y
burlándose de su voluntad. Para estar seguros de que la Iglesia Universal no es
la iglesia que fundó Jesucristo, veamos su tercer párrafo de la mencionada
sección, lo que los mismos miembros de dicha secta han puesto oficialmente:
“Cruzada
del Camino Eterno, Iglesia de la Bendición y, finalmente, Iglesia Universal del
Reino de Dios fueron algunos de los nombres utilizados en la formación de la
actual Iglesia. El obispo, junto con otros pastores, elaboró las normas y
estatutos de la IURD.”
No se
requiere hacer comentario alguno sobre estas declaraciones, el mismo lector, si
conoce tan solo un poco la Biblia, podrá darse cuenta del grotesco engaño de esta
secta moderna y antibiblica. Así dice el Señor, hablando del poder de su
fuerza:
“La cual operó en Cristo,
resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares
celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo
nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y
sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo
llena en todo. “(Efesios 1.20-23)
A Jesucristo
nuestro Señor le dio Dios toda la potestad en el cielo y en la tierra, El es la
única cabeza del cuerpo que es la iglesia, Dios ahora nos habla por su Hijo,
constituido por El en heredero de todo. Las Santas Escrituras son las únicas
que pueden dar testimonio de Jesús, y son la norma dejada por Dios, que debemos
escudriñar encontrando en ellas la vida eterna, y no pensando más allá de lo
que está escrito.
¿Quién es
Edir Macedo para “elaborar las normas y estatutos” que debe seguir la iglesia?
Con razón y
de acuerdo a la Palabra de Dios, no es la Iglesia Universal del Reino de Dios
la santa iglesia que fundó Jesucristo nuestro Señor.
CREENCIAS Y DOCTRINAS
Las
doctrinas de la Iglesia Universal, ¿emanan de la Palabra de Dios?
“Si alguno habla, hable conforme a
las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios
da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la
gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. (1Pedro 4.11)
En la misma
sección de su página oficial de internet, llamada “Historia y Fundamentos”,
vienen a continuación varios párrafos en donde se sintetizan las doctrinas de
la secta Iglesia Universal del Reino de Dios. Nuevamente, la pregunta necesaria
que hacer es: ¿estas creencias y prácticas, provienen de la Biblia, son de
acuerdo a la voluntad de Dios para su iglesia?
Por
principio de cuentas, y como toda secta apartada de la verdad, busca justificar
sus prácticas en la diversidad:
“Cada
Iglesia o denominación cristiana tiene su filosofía, esto quiere decir, su
manera de interpretar, entender y colocar en práctica las enseñanzas de la
Biblia.”
Con esta
aparentemente inofensiva frase, se intenta dar lugar a cualquier cosa que la
secta quiera establecer como estatuto, ósea mandamiento, para su membrecía. No
es una justificación muy alejada del tradicionalismo católico, según el cual,
la iglesia tiene la facultad de decidir cómo interpretar las Escrituras y como
dirigir a la comunidad religiosa.
En pocas
palabras, todo grupo religioso que se aparta de la verdad, intenta sujetar a la
Palabra de Dios bajo la autoridad de la iglesia, en vez de sujetar a la iglesia
a la autoridad de las Santas Escrituras. Y no es de maravillarse, pues esta
secta identifica su origen y procedencia de las sectas evangélicas
pentecostales, según sus declaraciones:
“La
Iglesia Universal del Reino de Dios tiene los mismos principios doctrinarios de
las demás Iglesias
Evangélicas Pentecostales, diferenciándose
sólo en algunas costumbres y dando énfasis a algunos aspectos del ministerio
del Señor Jesucristo y Sus Apóstoles.”
Como toda
secta evangélica, propagan la falsa doctrina de la salvación por la fe sola:
“La
justificación del hombre solamente se realiza por la fe en el Señor Jesucristo,
por lo que está escrito: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos
entrada por la fe a esta gracia por la cual estamos firmes, y nos
gloriamos" (Romanos 5:1-2).”
Al elegir a
la fe como el único elemento de justificación, ignoran voluntariamente los
pasajes que muestran los requisitos bíblicos para la salvación. Ignoran
asimismo que la fe del creyente implica no solo su obediencia al evangelio de
Cristo, sino su fidelidad hasta la misma muerte. Nuestro Señor también dice que
el hombre será salvo si se arrepiente de sus pecados:
“Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del
Señor tiempos de refrigerio, (Hechos
3.19)
(Vea también
Mateo 9.13; Lucas 13.3; Lucas 24.47;
Hechos 2.38; Hechos 11.18; Hechos 26.20; 2Corintios 7.10)
Dios nos
enseña que además de tener fe, debemos de confesarla con nuestros labios para
salvarnos:
“Que si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación. (Romanos
10.9-10)
(Vea también
Mateo 10.32; Hechos 8.37; Romanos 10.13;
1Juan 4.15)
Dios además,
dice que quienes han oído el evangelio y creído en Cristo, se han arrepentido
de todo corazón y confesado su fe, deben ser bautizados para el perdón de sus
pecados:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2.38)
(Vea también
Mateo 28.18-20; Marcos 16.16; Juan 3.5;
Hechos 22.16; 1Pedro 3.21)
Dios diseñó
en el cielo el plan de redención del hombre, que no solo consistía en lo que
haría El para nuestra salvación, sino también lo que el hombre debería hacer
para aceptar esa salvación. En su palabra nos lo reveló, y de esa forma se salvaron
los miles de creyentes que se observan en el libro de los Hechos.
Pero las
sectas evangélicas modernas, salidas del catolicismo romano y siguiendo las
herejías de San Agustín, afirman que el hombre no puede ni debe hacer nada para
su salvación, sino que esta le viene por la fe sola. Y para propagar su falsa
doctrina no solo ignoran multitud de pasajes claros y sencillos que hablan de
la salvación, sino que se ven obligados a torcer otros pasajes como el que
citan a continuación:
“Concluimos,
pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley” (Romanos
3:28). Significa que las obras asistenciales, aunque sean muy importantes
dentro del cristianismo, jamás podrán conducir al hombre a la salvación.”
Yerra
ridículamente la Iglesia Universal del Reino de Dios al comentar este pasaje.
El pasaje no habla de “obras asistenciales”, sino de las obras de la ley, ósea
los estatutos del Antiguo Testamento. Lo que Pablo está diciendo, es que nadie
será salvo por obedecer los mandamientos de la Ley de Moisés, sino por seguir
la fe descrita y revelada en el Nuevo Testamento.
Las obras
que Dios nos manda hacer en el Nuevo Testamento no pueden considerarse
“asistenciales”, sino que son esenciales para la salvación. Y si no son
necesarias para la salvación, ¿entonces por qué Dios nos manda perseverar en
ellas?
Más aun, si
las obras que Dios manda no son para salvación, ¿entonces para qué son? Si no
salvan, ¿Por qué son “muy importantes” entonces? Estimado amigo, vea usted a la
luz de la sola Palabra de Dios lo errado de esta perniciosa secta evangélica en
cuanto al crucial tema de la salvación. Y si este grupo religioso no puede
guiarlo competentemente a la vida eterna, ¿a qué podrá guiarlo?
“Dejadlos; son ciegos guías de ciegos;
y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. (Mateo 15.14)
Como secta
pentecostal, cree en la vigencia del bautismo con el Espíritu Santo:
“El
bautismo con el Espíritu Santo es un acto de la gracia de Dios; es una experiencia
adquirida por la fe de aquel que desea la purificación y la santidad en su
vida. Ese bautismo es realizado personalmente por el Señor Jesús y tiene por
real evidencia la transformación del carácter humano por el carácter de Dios
además de poder hablar en lenguas extrañas.”
El bautismo
con el Espíritu Santo del cual habla la Biblia, no solo era un acto de la
gracia de Dios, sino que también fue administrado según la voluntad soberana de
Dios. Fue prometido desde los tiempos de los profetas:
“Mas esto es lo dicho por el profeta
Joel: Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda
carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán
visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; (Hechos 2.16-17)
Jesús
resucitado les recuerda a los apóstoles la promesa de bautismo con el Espíritu
Santo:
“Y estando juntos, les mandó que no
se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les
dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros
seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. (Hechos 1.4, 5)
Para los
apóstoles, ese bautismo les conferiría no solo el don, sino el poder del Espíritu
Santo:
“Pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1.8)
Ese poder,
dado por señal para fructificar la obra de evangelización, estaría vigente
hasta la culminación de la redacción del Nuevo Testamento (1Corintios 13.8-10), y seria dado exclusivamente por imposición de
las manos de los apóstoles (Hechos
8.18).
Quienes lo
recibían no podían a su vez retransmitirlo, ni sería necesario una vez teniendo
toda la verdad (Juan 16.13). El
bautismo con el Espíritu Santo solo ocurriría en el día de pentecostés, con los
apóstoles, y en Hechos 10, para inaugurar la entrada de los gentiles al plan de
salvación. No sería dejado para la posteridad, y nunca fue mandamiento, sino promesa.
Las lenguas
que hablarían quienes recibieran ese don, no eran de ninguna manera “extrañas”,
sino idiomas bien conocidos por quienes los escuchaban (Hechos 2.6-11).
Los
pentecostales tienen a bien, desde 1901, ensalzar al bautismo con el Espíritu Santo,
aunque deban para ello demeritar el bautismo en agua, que si es mandamiento y
si es para salvación.
Vea su
lenguaje:
“El
bautismo en las aguas por inmersión, en el Nombre del Padre, del Hijo, del
Espíritu Santo, no es un medio exclusivo de la salvación, sino que es parte de
ella. El bautismo en las aguas es un acto de profesión de fe pública con vistas
a la sepultura del cuerpo del pecado o de la naturaleza pecaminosa para vivir
una nueva vida.”
¿Con que
texto de la Biblia pueden los evangélicos probar que el bautismo “es un acto de
profesión de fe pública”?
Ignoran la
multitud de textos donde Dios dice que el bautismo es para salvación, pero
afirman sin ninguna vergüenza, que es para dar testimonio público de la fe, aunque
para ello deban no solo pasar por encima de la Biblia, sino decir algo que la
Escritura no dice.
Por cierto,
¿Por qué no enseñan los evangélicos que las obras que no salvan son las obras
de la ley del Antiguo Testamento? Sencillo: porque se dedican a hacer una
mezcolanza de Escrituras, tomando el Antiguo Testamento donde les conviene,
para justificar multitud de prácticas erróneas, como la música instrumental,
las danzas y, por supuesto, el robo del diezmo.
El diezmo,
como en las sectas Adventista del Séptimo Día, Iglesia Apostólica, entre muchas
otras, son su principal medio de enriquecimiento ilícito.
Vea como
hablan de él en esta porción de su página web:
“Los
diezmos y las ofrendas son tan sagrados, tan santos como la Palabra de Dios.
Los diezmos significan fidelidad y las ofrendas el amor del siervo hacia el
Señor. No se puede disociar los diezmos y las ofrendas de la obra redentora del
Señor Jesús; significan, en verdad, la sangre de los salvos en favor de
aquellos que necesitan de la salvación.”
En lugar de
los pasajes bíblicos que sustenten su doctrina, la secta se contenta con
adherirle al diezmo todo un énfasis y un entorno más que espiritual. Llegan a
afirmar que los diezmos son tan santos como la misma Palabra de Dios, palabra
que pisotean en su afán satánico de despojar a las personas de su dinero y
pertenencias.
¿Qué
relación guardan el diezmo y el sacrificio de Cristo? ¡Ninguna! Pero con ese lenguaje,
y en ocasiones amenazando a sus miembros con terribles maldiciones, logran su
propósito de robarlos hasta incluso dejarlos en la ruina.
¿Qué enseña
la Biblia acerca del diezmo?
El diezmo
seria dado como mandamiento solo al pueblo de Israel, y sería recibido solo por
los levitas:
“Así hablarás a los levitas, y les
dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos
por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová
el diezmo de los diezmos. (Números
18.26)
Consistiría
del producto del campo y del ganado, no de dinero:
“Y el diezmo de la tierra, así de la
simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa
dedicada a Jehová. Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la
quinta parte de su precio por ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo
lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová. (Levítico 27.30-32)
En el Nuevo
Testamento, no existe mención alguna de que los cristianos diezmaran, no hay
mandamiento directo, ni por inferencia podríamos asegurar que las iglesias de
Cristo practicaran el diezmo. A la iglesia del Nuevo Testamento se le ordena
ofrendar cada primer día de la semana:
“En cuanto a la ofrenda para los
santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de
Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo,
según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas. (1Corintios 16.1-2)
Cada
cristiano debe decidir cuánto va a ofrendar:
“Cada uno dé como propuso en su
corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2Corintios 9.7)
No solo no
vemos en el Nuevo Testamento a la iglesia del Señor recaudando diezmos junto a
la ofrenda, tampoco ofrendaban en otro día que no fuera domingo; no habla la
Biblia de la famosa ofrenda de amor, mucho menos que los predicadores
anduvieran en camionetas del año y vivieran en mansiones multimillonarias, como
los líderes de la secta Iglesia Universal del Reino de Dios.
Existen muchos
más errores doctrinales en dicha secta neo-pentecostal, con el tiempo iremos
estudiándolos a detalle, siempre a la luz de las Santas Escrituras. Lo hasta
aquí es suficiente para que usted, amable lector, considere estos pasajes donde
Dios habla muy claro y condena las doctrinas de la Iglesia Universal del Reino
de Dios. Si usted es miembro de dicha secta, sepa que no pertenece al reino
establecido por nuestro Señor, no persevera en las obras de Dios por mucho que
usted lo crea, y sobre todo, no recibirá la corona de justicia que Dios ha
prometido a los fieles. Si usted es cristiano, advierta a sus conocidos, según sus
capacidades, acerca de esta temible secta.
Y si usted
es una persona interesada en Cristo Jesús y su evangelio, tenga cuidado, camine
con la luz de la Palabra de Dios. No sea uno más de quienes han perdido poco, o
en ocasiones todo su patrimonio con el lavado de cerebro y la manipulación
religiosa y psicológica de estos criminales buscados por la justicia de varios
países americanos, la secta Iglesia Universal del Reino de Dios.
La Iglesia de Cristo
En Barrio
Bolívar, transversal “C” casa #17(Maturín-Venezuela)
Le invitamos:
Horario de reuniones:
Domingos 9:00
am .Adoración
Programa Radial:”FRENTE A LA BIBLIA “
Todos los jueves a las 8:00 am por la emisora comunitaria 105.5 FM “VIA DE
ESCAPE
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